lunes, 13 de octubre de 2008

Emmm, al…este…. ejhém, al pu-ti por favor.

Hay fines de semana en que es imposible almorzar a la hora que debería ser, sobre todo si usted, como yo, generalmente desayuna cerca de las 11 a.m. en sus días libres. Para esos almuerzos tardíos me encantó el pu-ti. Ok, el nombre es gracioso, incluso un poco incómodo si usted tiene que decírselo al taxista, no?. Pero bueno, eso lo va a preparar psicológicamente para cuando llegue la hora de comunicarse con el mesero.
Cuando llegamos nosotros, hambrientos y con frío, nos pareció algo deprimente encontrarnos con este lugar tipo soda-de-por-la-u o peor. En la decoración se sacaron un cero, el lugar no es nada bonito. Eso sí, con el friíto fue excelente encontrarnos con una variedad de sopas veganas, impronunciables, pero veganas. Desafortunadamente muchos de los demás platos tenían huevo, por lo que no pudimos probarlos. La pregunta del millón es cómo carajo logramos entender esto de nuestros vanos intentos de comunicación con el mesero, que sabía como tres palabras de español y tampoco parecía esforzarse mucho por darse a entender. Servicio al cliente, un tres!.
Vamos pues a la comida. Mi hermana, que por ese entonces era ovo-vegetariana pidió el muslo de pollo vegetariano. Ajhá, así como lo oye, un plato cuasi vegeta con nombre de trozo de animal torturado, sin palabras. Cuando llegó a la mesa nos quedamos un poco flipando, como bien expresan los españoles, ciertamente parecía que lo único vegetariano ahí era el pollo que perdió la pata que mi hermana tenía en su plato. Pero afortunadamente fuimos descubriendo que eso tan poco apetecible a la vista era en realidad una mezcla de tallos de hongo y soya envueltos en una especie de telita crujiente también de soya. A decir de la comensal la textura la confundía un poco, pues era demasiado similar a una patita de pollo, pero el sabor era muy bueno.
Yo sí me fui por una sopita, con soya, verduras y piña. Debía haberme fijado mejor, porque la verdad no matizo mucho la piña yo, pero en general el plato estaba bien, para mi gusto bastante dulce eso sí. La soya tenía muy buena textura y el sabor era bastante bueno. La otra sopa que probé fue la que pidió mi esposo, que definitivamente se llevó el premio del mejor plato de la tarde. Era un caldito ligero y translúcido con pedacitos de soya y hierbas frescas, muy perceptible por ejemplo el culantro, que le daba un sabor fresco y delicioso a la sopa, que además venía presentada en una ollita muy ad-hoc.
Muy rica comida, muy feo lugar. Bueno para el estómago y malo para la vista. Si algún día tienen meseros que hablen español que alguien me avise para ir corriendo!!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que montón de estupideces se pueden decir en un solo artículo... La total falta de respeto y la intolerancia total también... Da vergüenza leer esto, de verdad que la ignorancia es la madre de todos los males...Con tanta superficialidad que hasta me parece que por cosas asi a los vegetarianos nos hacen mala fama...