lunes, 22 de septiembre de 2008

Los restaurantes vegetarianos no abren de noche

… ni los domingos, ni los feriados, ni venden licor. De hecho la mayoría parecen cualquier cosa menos restaurantes. O sea, que si resulta que uno quiere salir a comer por la noche es bien improbable que acabe uno en un restaurante vegetariano, a menos que uno cene a las 4 de la tarde y se acueste a las 6, no?.
Pero bueno, digamos que uno se resigna y va a un restaurante común y silvestre, de los que venden muerto y demás; pues bien, esta es su oportunidad de darse a conocer. Y no me refiero a cuando uno se pasa de tequilas y se sube a la mesa y ahora todos lo conocen como el borrachín del grupo, sino a una forma menos ridiculizante. Me refiero a que cuando usted pida su comida posiblemente sea la primera vez que el mesero, el tipo de la mesa de la par y hasta al rato y sus compañeros de mesa, descubran que existe gente que no consume derivados. Hay que aprovechar la oportunidad, aunque eso implique explicar su orden 500 veces y cambiarla cuando se la traigan porque al final siempre traía natilla.
Contrario a lo que muchos piensan, en la gran mayoría de estos locales están bastante dispuestos ( a veces la intención sí es lo que vale) a prepararle algo que se acople a su gusto y ética a la hora de comer. Simplemente funciona explicarse de manera educada y no demasiado elevada (recuerde que para alguien que desconoce este estilo de vida el atún no es carne), y eso sí, muuuuuuy claramente, no dé nada por entendido. Pregunte por los ingredientes de los platos, la gran mayoría de las veces los meseros le explicarán bastante bien, excepto si, como yo, pide los ingredientes del aderezo de la soda tapia, resulta que, como me dijo el mesero con una media sonrisa, es una receta secreta.
No hay que olvidar preguntar por los condimentos, se sorprenderá de la cantidad de veces que un inocente picadillo de chayote está aderezado con consomé de pollo. Otra cosa importante es preguntar si el caldo tiene de base algún tipo de carne, por ejemplo, muchas veces la sopa miso tiene como base un caldo de pez, o la sopa de tomate caldo de pollo.
Yo particularmente tengo una debilidad por los casados, no sólo porque es proteína fácil, sino porque es relativamente sencillo armar uno vegetariano. En este caso siempre es preferible pedir que le “cambien” la carne por otra cosa, por ejemplo papas salteadas o a la francesa, porque de lo contrario te cobran lo que te ponen como un “extra”. Esta idea funciona casi para todos los platos, burritos, tacos, etc.
Estas son sólo algunas opciones para sobrevivir en un mundo restaurantero no vegetariano. Porque bueno, si uno es adulto y la mayoría de los sábados no se acuesta antes de las 11 y le gusta comer fuera, los restaurantes vegetarianos no son una opción.
Por cierto, no olvide revisar en casa los ingredientes de la cerveza que tomará (es en serio!), muchas de ellas contienen desde albúmina de huevo hasta vejiga natatoria de esturión, como la guiness (sí, yo también puse esa cara… WTF????).
Provecho!

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